so:text
|
Es preciso resistirse humanamente a la idea, especulativa o práctica, de que está dentro de las competencias del Gobierno, en cuanto tal Gobierno, o incluso de los ricos, por el hecho de ser ricos, proporcionar a los pobres aquellos bienes necesarios que la Divina Providencia ha querido arrebatarles temporalmente. Nosotros, el pueblo, deberíamos ser juiciosos, y comprender que no es mediante la ruptura de las leyes del comercio, que son las leyes de la naturaleza y por tanto las leyes de Dios, como podremos tener esperanzas de mitigar el Divino disfavor. (es) |