so:text
|
Jaime Gil de Biedma aseguraba que a partir de los doce años no nos sucede nada importante como lo que nos ha ocurrido hasta entonces. Por lo que a mí respecta yo acorto más esa etapa, hasta los 10 años. No negaré que de adulta no me hayan pasado cosas fundamentales, pero la intensidad con la que he vivido no puede compararse con el grado de intensidad con el que viví todo cuanto antes me sucedió. Durante la niñez las puertas de la percepción permanecen abiertas de par en par y el mundo se nos antoja nuevo, recién estrenado; su creación, consustancial a nuestro nacimiento. Además la vida en estado de inocencia parece dominada por poderes mágicos. (es) |