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Mis hijos empiezan a notar que soy un poco diferente a los otros papás. "¿Por qué no tienes un trabajo recto como todos los demás?" me preguntaron el otro día.
Les conté esta historia:
En el bosque, había un árbol torcido y un árbol recto. Todos los días, el árbol recto le decía al árbol torcido: "Mírame ... soy alto, soy recto y hermoso. Mírate ... estás todo torcido e inclinado. Nadie quiere mirarte". Y crecieron juntos en ese bosque. Y entonces, un día, vinieron los madereros, y vieron el árbol torcido y el árbol recto, y dijeron: "Solo cortaremos los árboles rectos y dejaremos el resto". Así que los leñadores convirtieron todos los árboles rectos en maderos, palillos de diente y papel. Y el árbol torcido sigue ahí, creciendo más fuerte y extraño cada día. (es) |