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Por mucho que nos disguste, creo que debemos darnos cuenta de que en nuestra sociedad existen muchas ocasiones en que el gobierno tiene que intervenir y ayudar a la gente en algunos de sus problemas más difíciles. Hacen falta programas que nos ayuden a reducir los riesgos de un sistema de mercado libre sin perjudicar al sistema mismo. Creo que son necesarios para su supervivencia.
Ciertamente, los derechos y garantías en que cree y en que insiste el hombre de la calle pueden interferirse, en cierto grado, con nuestra posibilidad de dirigir las empresas con una completa libertad de acción.Por ello, existen hombres de negocios que ignoran o niegan estos derechos. Justifican sus criterios argumentando que si los reconociéramos o los concediéramos, se pondría en peligro todo el sistema de la libre empresa.
A mi juicio, esto equivale a dejar paso exactamente al tipo de intervención estatal que los hombres de negocios están tratando de evitar. Ya que si nosotros, los hombres de negocios, insistimos en que el sistema de libre empresa nos permite ser indiferentes a aquellas cosas a las cuales la gente concede un valor, la gente sacará naturalmente la conclusión de que la libre empresa tiene demasiada libertad. (es) |