so:text
|
El muchacho irlandés que obligaba a someterse a un muchacho judío era el mismo al que un italiano había hecho llamarle “señor” doliéndose aún de los chichones con que le había obsequiado un muchacho alemán que, a su vez recibiría en las posaderas un palo de su padre por haberse peleado en la calle y saldría luego a cascar a un chaval irlandés para cicatrizar sus propias heridas.“¡Yo te enseñaré!” era la amenaza que se pasaban unos a otros, irlandés a judío, a italiano, a alemán... Todos tratando de enseñar a algún otro, al pie de la letra. Esto es lo que me viene aún a la memoria cada vez que oigo la expresión “educación progresiva. (es) |