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Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ser ayudadas en carruajes, y levantadas sobre las zanjas, y tener el mejor lugar en todas partes. ¡A mí nadie me ayuda en carruajes, ni en charcos de barro, ni me da el mejor lugar! ¿Y no soy una mujer? ¡Mírame! ¡Mira mi brazo! ¡He arado y plantado, y reunido en graneros, y ningún hombre podría dirigirme! ¿Y no soy una mujer? Podría trabajar tanto y comer tanto como un hombre - cuando pudiera conseguirlo - y llevar el látigo también! ¿Y no soy una mujer? He dado a luz trece hijos, y he visto a la mayoría vendidos como esclavos, y cuando clamé con el dolor de mi madre, nadie más que Jesús me oyó. ¿Y no soy una mujer?. (es) |