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En este libro tan profundamente anticristiano leí aquello del programa de 1903 de la Action Francaise que "un verdadero nacionalista pone la patria ante todo y, por ende, concibe, trata y resuelve todas las cuestiones políticas en su relación con el interés nacional". Al leer lo cual me acordé de aquello de "mi reino no es de este mundo", y pensé que para un verdadero cristiano —si es que un verdadero cristiano es posible en la vida civil— toda cuestión política o lo que sea, debe concebirse, tratarse o resolverse en su relación con el interés individual de la salvación eterna, de la eternidad. ¿Y si perece la patria? La patria de un cristiano no es de este mundo. Un cristiano debe sacrificar la patria a la verdad. (es) |